DISCUTAMOS MEXICO, INTRODUCCION.
Con motivo de la celebraciòn del bicentenario en Mèxico presentarè una serie de artìculos que tratan sobre el tema, y que TELEVISA sacò al aire recientememte.
La raíz más profunda
Miguel León-Portilla*
Fui invitado hace un par de meses para participar con varias personas, entre ellas mi querido y admirado amigo Eduardo Matos Moctezuma, a grabar, a filmar, el que fue probablemente el primero de estos programas. La verdad nunca me imaginé que me volvieran a invitar para que presentara este interesantísimo proyecto, pero aquí estoy. Creo que este intento, este ensayo, realmente es excepcional. Pensemos por ejemplo que hace aproximadamente 130 años, vamos a decir, allá por las últimas décadas del siglo XIX, se concibió ese gran proyecto de México a través de los siglos. Magnífico proyecto en que tenemos los tres grandes momentos que integran la historia de México: el pasado prehispánico, la Nueva España y el México Independiente.
Eso fue a la manera tradicional. Ahora que incluso en estos días pensamos que a lo mejor con las técnicas electrónicas los libros entran en peligro --cosa que yo no creo ni quiero--, estamos acudiendo a otro medio, el medio masivo de la televisión y de la radio. Alguien puede decir: “Va a ser un programa light”, como dicen ahora. Podemos decir ligero para no decir light. Yo no creo, por lo que he sabido y he escuchado a mi querida amiga Consuelo Sáizar, al participar en esta serie gente magnífica, especialistas, como yo le decía, un oceanógrafo que nos diga qué significa, para comprender a México, el que tengamos once mil kilómetros de costa (discutamos México, también critiquemos), con once mil kilómetros de costa, ¿las aprovechamos? Como que no, verdad. O quizá un geólogo nos va a decir: "Pues, mira, México es riquísimo en minerales, el petróleo"… Qué bueno, es decir: México para mí es un país privilegiado. ¿Por qué es un país privilegiado? Porque tenemos todos los escenarios posibles, todas las riquezas posibles en nuestra naturaleza.
Cuando yo era niño, ya hace un ratito, nos decían que México era como el cuerno de la abundancia. Yo creo que no es ningún cuerno de la abundancia pero tampoco un cuerno de desgracias. Somos un país rico, sí señores, piensen por ejemplo en Chiapas: Chiapas debe tener más de 200 kilómetros de costas, tiene cerca de 70 mil kilómetros de extensión, tiene los grandes ríos, el Usumacinta, el Grijalva, tiene bosques, selvas y es el estado que mayor energía eléctrica genera. Nada más que lástima que los pobres indios que están ahí no se benefician demasiado con esto, ¿verdad? En muchas de sus aldeas no hay luz.
Y si escuchamos hablar al doctor Sarukhán, que nos dice: "México es uno de los países en el mundo con mayor biodiversidad y la biodiversidad es fuente de riqueza maravillosa". Y si después tomamos nota de que México es un país pluricultural y plurilingüístico, ¿y qué significa eso? ¿Que no nos podemos entender todos? Pues sí nos podemos entender porque la gran mayoría hablamos español. Pero hay algunos, me incluyo entre ellos, que hablamos una lengua indígena, tenemos otro tesoro, porque captamos la realidad con perspectivas diferentes, segmentamos la realidad con los conceptos que se derivan del lenguaje. Decía un fraile que el lenguaje es el parto del pensamiento, entonces tenemos muchísimas maneras de parto de pensamiento en este país y todavía hay una sinfonía maravillosa de voces.
Y después, a lo que se refiere a la cultura, es lo mismo. Si tenemos un legado indígena riquísimo y también aportaciones extraordinarias de la época novohispana y nuestro arte moderno, todos eso es legado nuestro, todo eso es México y todo eso nos sirve de trampolín para no temer al futuro, para poder ir más allá.
A mí me tocó participar en los programas acerca del surgir de la cultura mesoamericana. Nuestra cultura es una civilización originaria de las muchísimas que se han desarrollado en la historia de la humanidad. Entendiendo por civilización originaria aquella que no recibió empujón de otra para existir, para tener ciudades, escritura, historia, monumentos, una organización social económica, política, religiosa y completa. Esa fue Mesoamérica.
Pero por otro lado tenemos el legado de Egipto, civilización originaria. Mesopotamia, civilización originaria, que luego influyen en Grecia. Grecia no fue civilización originaria, con toda su grandeza es impensable sin Egipto. Piensen ustedes en el arte arcaico griego y verán que se asemeja mucho al egipcio. Y después Roma, su legado; Roma irradia en el Mediterráneo y tenemos a través de España ese legado maravilloso del Mediterráneo. Es un legado riquísimo en derecho, en pensamiento filosófico, el legado judeocristiano.
Somos herederos de dos civilizaciones maravillosas. A veces yo les digo a mis alumnos que por qué andamos mal y me da pena decirlo pero andamos mal a veces por corruptos o por flojos, pero como que ya es tiempo de que tomemos la maleta de nuestra herencia para movernos.
Me tocó participar en la exploración del legado prehispánico, pero yo me voy a ofrecer, querida Consuelo, a participar en otro programa y les voy a decir cuál. Yo tuve dos maestros excepcionales: el doctor Manuel Gamio, iniciador de la moderna antropología en México, y el doctor Ángel María Garibay, el famoso padre Garibay. Y los dos me dijeron: "Está bien que te fijes en el indio muerto, muy bien, pero también piensa en el indio vivo", y por eso me ofrezco para un programa del indio vivo.
He estado estudiando desde el año pasado, un poco los pueblos indígenas hacia 1810, 1910 y 2010. Su participación es muy grande. Sólo les menciono un solo caso: en el Archivo General de la Nación, hay una serie de casos de indígenas que se levantaron y siguieron a Hidalgo, a Morelos. Hay un caso, interesantísimo para las damas, de María Manuela Pineda, oriunda de Taxco, india náhuatl. Ella llegó a tener 500 hombres, la llamaban La Capitana. Y cuando Morelos estaba sitiando Acapulco se presentó y le dijo: "Señor general, aquí tengo yo 500 hombres, y a mí me dicen La Capitana, a sus órdenes, déme usted su mano", y dijo: "Ahora sí ya puedo morir tranquila porque ya estreché su mano".
Esta gente que se sacrificó a veces yo me pregunto: si de veras sacó mucho de la Independencia y sacó mucho de la Revolución, pues estaría muy bien ahora, ¿verdad? Pero como que no están muy bien. Vayan ustedes a Chiapas, a la Mixteca, a tantos lugares y vemos todavía que los pueblos indígenas, la raíz más profunda de nuestro ser, está mal. Así que me ofrezco y ojalá crean que se puede hacer esto.
* Palabras del doctor Miguel León-Portilla el lunes 18 de enero de 2010 en el Museo de Antropología, en la presentación de la serie Discutamos México
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