El Castellano o Español.
El español es ya, a principios de este siglo, una de las lenguas de mayor extensión del mundo. Tiene una impactante geografía que se extiende por casi la totalidad de un continente y está presente en otros tres. Su superficie geográfica alcanza los 11 990 000 km², el 8,9 % de la superficie terrestre emergida y la convierten en una de las lenguas romances más extendidas.
Teniendo en cuenta lo relativo de todas las cifras estadísticas citadas por fuentes actualizadas, es la segunda lengua con más hablantes nativos del mundo, antecedida por el chino. Con un número global de hablantes que sobrepasan los 450 millones, el español es una lengua de enorme vitalidad y la cuarta más hablada después del chino, el inglés y el hindiurdu, contando todas además con sus hablantes de segunda lengua.
Los hispanohablantes estamos repartidos por los cinco continentes (Europa: España, Principado de Andorra; América: Hispanoamérica y los Estados Unidos de Norteamérica; África: Guinea Ecuatorial, Sahara Occidental y territorios españoles de Islas Canarias, Ceuta y Melilla; Asia: Filipinas y sefardíes en Israel y Turquía; y Oceanía: isla de Pascua). López Morales (2006: 483) aporta datos contundentes: el 5,7% de la población del mundo utiliza el español y seremos el 7,5% en 2050, es decir, llegaremos a los 535 millones de hablantes.
Evolución
Durante la Edad Media, los distintos dialectos romances peninsulares fueron madurando, y llegaron a adquirir formas propias. Pero a partir del siglo XI, Castilla desarrolló una fuerte actividad política y bélica que favoreció su expansión geográfica y lingüística. En el siglo XIII, el reino de Castilla asume el liderazgo en la reconquista, el castellano, se impone como modelo lingüístico. Durante el reinado de Alfonso X El Sabio (1252 – 1284), el idioma castellano adquiere un notable desarrollo como lengua escrita.
El impulso adquirido durante el siglo XIII se afianza durante los siglos XIV y XV gracias al notable aumento de la producción literaria. También contribuye notablemente la labor lingüística del humanista Elio Antonio de Nebrija, quien publica la primera Gramática castellana en el año 1492.
Durante los siglos XVI y XVII, el idioma, que ya empieza a denominarse español, va adquiriendo la forma actual en su pronunciación. La lengua alcanza en este momento difusión y prestigio internacionales, fruto del proyecto político de Carlos I.
A esto se añaden dos hechos fundamentales que favorecieron su enorme extensión e importancia:
* La conquista y colonización de América.
* El esplendor de la creación literaria en lengua castellana durante estos Siglos de Oro de las letras españolas.
En el siglo XVIII el idioma presenta y la configuración actual. Si bien la creación literaria no tuvo la brillantez de los siglos anteriores, la labor erudita y crítica de escritores como Feijoo o Jovellanos contribuyó al enriquecimiento y desarrollo de la lengua. Muchos de estos autores mantuvieron una reacción purista contra la invasión desmesurada de galicismos.
Par preservar la pureza del idioma y luchar contra las incorrecciones de los hablantes, se fundó en el año 1713 la Real Academia Española. Con el fin de establecer las reglas que fijasen los principios permanentes de la lengua, la RAE publicó el Diccionario de Autoridades (1739), una Ortografía (1741) y una Gramática (1771).
En los siglos XX y XXI la lengua continúa su evolución debido a los progresos tecnológicos, a la mejora de las condiciones de vida que permiten la alfabetización, y al desarrollo de los medios de comunicación, que contribuyen a extender el nivel culto del idioma a un número más amplio de hablantes.
¿Hablamos español o castellano?
Hoy en México los manuales de gramática se publican generalmente referidos a la lengua española y no a la castellana. Esto sin embargo no es igualmente cierto en otros ámbitos geográficos y en otros tiempos. En algunos países sudamericanos —quizá como restos de una actitud nacionalista a ultranza— parece preferirse la denominación de castellano o lengua castellana para evitar la referencia a España. Aquí mismo en México, pero en 1900, don Rafael Ángel de la Peña, un muy buen gramático olvidado, publicó un libro importante con el título de Gramática teórica y práctica de la lengua castellana, como lo había hecho antes don Andrés Bello, entre muchos otros.
Asimismo en México la designación oficial por parte de la Secretaría de Educación Pública es español, y se le consideraba la única lengua nacional. Las autoridades educativas de los tiempos recientes no han nombrado el término "castellano". Sin embargo en habla coloquial no es raro oír expresiones como "en México se habla muy buen castellano" o "el castellano debe enseñarse en las escuelas".
De lo que no puede caber duda es de que, en sus principios, la lengua que hoy hablamos tantos millones de seres humanos no fue otra que el castellano, que, durante su evolución histórica pasó a ser español.
Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, no hay preferencias por una denominación u otra. La ciencia lingüística se limita a estudiar y caracterizar la complejidad de los sistemas lingüísticos interrelacionados que componen un diasistema o lengua histórica, y, terminológicamente, a recoger los diversos usos denominativos de una lengua o familia de variedades. Para la ciencia lingüística, pues, ambos términos son válidos a la hora de designar el diasistema de la lengua histórica llamada popular y oficialmente castellana o española.
En el ámbito normativo-prescriptivo, según la normativa establecida por los principales organismos de política lingüística del área hispanohablante en lo relativo a la codificación del estándar idiomático (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española), castellano y español son términos sinónimos y válidos, si bien muestran preferencia por la forma español.
Asimismo, el Diccionario Panhispánico de Dudas, obra de carácter normativo actualmente vigente, aprobada por la Asociación de Academias de la Lengua Española, establece que para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español.
Bibliografía
López Morales, Humberto (2006). “El futuro del español”. En Instituto Cervantes, Enciclopedia del español en el mundo. Barcelona: EGEDSA, pp. 476-491.
Teniendo en cuenta lo relativo de todas las cifras estadísticas citadas por fuentes actualizadas, es la segunda lengua con más hablantes nativos del mundo, antecedida por el chino. Con un número global de hablantes que sobrepasan los 450 millones, el español es una lengua de enorme vitalidad y la cuarta más hablada después del chino, el inglés y el hindiurdu, contando todas además con sus hablantes de segunda lengua.
Los hispanohablantes estamos repartidos por los cinco continentes (Europa: España, Principado de Andorra; América: Hispanoamérica y los Estados Unidos de Norteamérica; África: Guinea Ecuatorial, Sahara Occidental y territorios españoles de Islas Canarias, Ceuta y Melilla; Asia: Filipinas y sefardíes en Israel y Turquía; y Oceanía: isla de Pascua). López Morales (2006: 483) aporta datos contundentes: el 5,7% de la población del mundo utiliza el español y seremos el 7,5% en 2050, es decir, llegaremos a los 535 millones de hablantes.
Evolución
Durante la Edad Media, los distintos dialectos romances peninsulares fueron madurando, y llegaron a adquirir formas propias. Pero a partir del siglo XI, Castilla desarrolló una fuerte actividad política y bélica que favoreció su expansión geográfica y lingüística. En el siglo XIII, el reino de Castilla asume el liderazgo en la reconquista, el castellano, se impone como modelo lingüístico. Durante el reinado de Alfonso X El Sabio (1252 – 1284), el idioma castellano adquiere un notable desarrollo como lengua escrita.
El impulso adquirido durante el siglo XIII se afianza durante los siglos XIV y XV gracias al notable aumento de la producción literaria. También contribuye notablemente la labor lingüística del humanista Elio Antonio de Nebrija, quien publica la primera Gramática castellana en el año 1492.
Durante los siglos XVI y XVII, el idioma, que ya empieza a denominarse español, va adquiriendo la forma actual en su pronunciación. La lengua alcanza en este momento difusión y prestigio internacionales, fruto del proyecto político de Carlos I.
A esto se añaden dos hechos fundamentales que favorecieron su enorme extensión e importancia:
* La conquista y colonización de América.
* El esplendor de la creación literaria en lengua castellana durante estos Siglos de Oro de las letras españolas.
En el siglo XVIII el idioma presenta y la configuración actual. Si bien la creación literaria no tuvo la brillantez de los siglos anteriores, la labor erudita y crítica de escritores como Feijoo o Jovellanos contribuyó al enriquecimiento y desarrollo de la lengua. Muchos de estos autores mantuvieron una reacción purista contra la invasión desmesurada de galicismos.
Par preservar la pureza del idioma y luchar contra las incorrecciones de los hablantes, se fundó en el año 1713 la Real Academia Española. Con el fin de establecer las reglas que fijasen los principios permanentes de la lengua, la RAE publicó el Diccionario de Autoridades (1739), una Ortografía (1741) y una Gramática (1771).
En los siglos XX y XXI la lengua continúa su evolución debido a los progresos tecnológicos, a la mejora de las condiciones de vida que permiten la alfabetización, y al desarrollo de los medios de comunicación, que contribuyen a extender el nivel culto del idioma a un número más amplio de hablantes.
¿Hablamos español o castellano?
Hoy en México los manuales de gramática se publican generalmente referidos a la lengua española y no a la castellana. Esto sin embargo no es igualmente cierto en otros ámbitos geográficos y en otros tiempos. En algunos países sudamericanos —quizá como restos de una actitud nacionalista a ultranza— parece preferirse la denominación de castellano o lengua castellana para evitar la referencia a España. Aquí mismo en México, pero en 1900, don Rafael Ángel de la Peña, un muy buen gramático olvidado, publicó un libro importante con el título de Gramática teórica y práctica de la lengua castellana, como lo había hecho antes don Andrés Bello, entre muchos otros.
Asimismo en México la designación oficial por parte de la Secretaría de Educación Pública es español, y se le consideraba la única lengua nacional. Las autoridades educativas de los tiempos recientes no han nombrado el término "castellano". Sin embargo en habla coloquial no es raro oír expresiones como "en México se habla muy buen castellano" o "el castellano debe enseñarse en las escuelas".
De lo que no puede caber duda es de que, en sus principios, la lengua que hoy hablamos tantos millones de seres humanos no fue otra que el castellano, que, durante su evolución histórica pasó a ser español.
Desde el punto de vista estrictamente lingüístico, no hay preferencias por una denominación u otra. La ciencia lingüística se limita a estudiar y caracterizar la complejidad de los sistemas lingüísticos interrelacionados que componen un diasistema o lengua histórica, y, terminológicamente, a recoger los diversos usos denominativos de una lengua o familia de variedades. Para la ciencia lingüística, pues, ambos términos son válidos a la hora de designar el diasistema de la lengua histórica llamada popular y oficialmente castellana o española.
En el ámbito normativo-prescriptivo, según la normativa establecida por los principales organismos de política lingüística del área hispanohablante en lo relativo a la codificación del estándar idiomático (Real Academia Española y Asociación de Academias de la Lengua Española), castellano y español son términos sinónimos y válidos, si bien muestran preferencia por la forma español.
Asimismo, el Diccionario Panhispánico de Dudas, obra de carácter normativo actualmente vigente, aprobada por la Asociación de Academias de la Lengua Española, establece que para designar la lengua común de España y de muchas naciones de América, y que también se habla como propia en otras partes del mundo, son válidos los términos castellano y español.
Bibliografía
López Morales, Humberto (2006). “El futuro del español”. En Instituto Cervantes, Enciclopedia del español en el mundo. Barcelona: EGEDSA, pp. 476-491.
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